Alfonso Jaime Martínez Lazcano
La figura del juez, históricamente concebida como garante de la justicia y los derechos fundamentales, se ha visto ensombrecida en muchas partes del mundo por un fenómeno cada vez más preocupante: la dictadura judicial. Este término alude a una situación en la que el Poder Judicial, en lugar de ser un contrapeso a los otros poderes del Estado y un defensor de la ley, se erige como un poder absoluto, capaz de anular leyes, liberar a presuntos criminales y actuar con total impunidad.
Los abusos del Poder Judicial
Excesos a los que llevan a un Poder Judicial sin control. Entre las principales irregularidades se encuentran:
- Anulación arbitraria de leyes: Los jueces, amparándose en supuestas interpretaciones jurídicas, anulan leyes que benefician al país, poniendo en riesgo el bienestar general.
- Liberación de presuntos criminales: La liberación de individuos con mala fama pública, a pesar de las evidencias en su contra, mina la confianza de la ciudadanía en el sistema de justicia.
- Nepotismo y corrupción: La contratación de familiares y amigos, así como la creación de conflictos de interés, son prácticas comunes en un Poder Judicial corrompido.
- Violación de derechos humanos: Al restringir derechos fundamentales y violar tratados internacionales, los jueces traicionan su papel de defensores de la justicia.
- Impunidad: La falta de rendición de cuentas y la imposibilidad de sancionar a jueces que cometen ilícitos los convierte en un poder intocable.
- Paros y favoritismo: Los paros judiciales y la admisión selectiva de amparos demuestran que los jueces actúan más por intereses personales que por el bien común.
- Atentar contra la independencia judicial: Reunirse en secreto con actores políticos en tiempo de elecciones e intervenir en órganos autónomos para modificar las decisiones.
La independencia judicial: ¿Escudo o pretexto?
La independencia judicial es un principio fundamental para garantizar la imparcialidad y la eficacia del sistema de justicia. Sin embargo, este principio se ha convertido en un escudo tras el cual los jueces se esconden para cometer abusos. La «carrera judicial» y la «independencia judicial» se han pervertido, convirtiéndose en herramientas para proteger a los jueces de cualquier tipo de sanción.
¿Quién controla al Poder Judicial?
La pregunta clave es: ¿Quién controla al Poder Judicial? En teoría, el Poder Legislativo tiene la facultad de reformar la Constitución y establecer mecanismos de control sobre los jueces. Sin embargo, en la práctica, los jueces suelen oponerse a cualquier intento de limitar su poder.
La necesidad de reformas
La situación actual exige una profunda reforma del Poder Judicial. Es necesario:
- Establecer mecanismos de control: Crear órganos de control judicial independientes y eficientes que puedan investigar y sancionar a los jueces que cometan irregularidades.
- Fortalecer la transparencia: Promover la transparencia en las actuaciones judiciales y garantizar el acceso público a la información.
- Combatir la corrupción: Implementar medidas para prevenir y combatir la corrupción en el Poder Judicial.
- Reformar la carrera judicial: Modificar los criterios de selección y promoción de los jueces para garantizar su idoneidad y compromiso con la justicia.
- Garantizar la independencia de los jueces: Proteger la independencia judicial de las injerencias políticas, pero también establecer mecanismos para garantizar su responsabilidad.
La dictadura judicial es una amenaza para la democracia y el Estado de derecho. Es fundamental que la sociedad civil y los poderes políticos actúen de manera conjunta para poner fin a esta situación y construir un Poder Judicial justo, independiente y transparente.
La pérdida en el poder judicial del principio de que el poder no puede hacer más de lo permitido por la ley, es una grave amenaza para la democracia. Para revertir esta tendencia, es necesario un esfuerzo conjunto de la sociedad civil, los políticos y las instituciones.